Que tu mano no se eleve sobre tu cabeza
y te obligue a encorvarte buscándola
correr cansado a los domingos soleados
para dormir durante la vida que pasa fuera
dentro un vasto campamento corrompido
por cóleras arbustos y fantasmas
prolongan a las cuerdas en psicosis tan distantes
que no te queda más que ser la mano
controlando los hilos rotos ya sueltos
el nombre a eso lo pones tú o tu fantasma
Locura o Libertad.
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