domingo, 30 de junio de 2013

Descalzo.

La boca me sabe a manicomio,
las rodillas a óxido,
a anteayer,
yo mismo le duelo a mi brazo,
me invento el colmo amaneciendo,
la desesperación a colores vivos,
mortales como la mentira,
pero no como el dolor.

La calle angosta de la cordura
me anula inhalado,
lo intenta,
pero la locura,
su nariz gigante
lo sabe,
yo soy polvo…
en la ruta del viento
sudo el paisaje,
por los poros
deambulan caminos para pies descalzos.

La locura despierta,
sus dientes acordeones,
la danza que sigue mi boca,
destrozado aquel silencio,
con sus pedazos,
mintiendo un poco y creyendo en mis mentiras,
mato la verdad que jalaba por las patas,
que mentía
sin creer ni crear.

El espejismo roto,
los espejos rotos,
miles de rostros.

La alucinación,
el peor de los pactos sociales es la “realidad”,
las alas de una campana,
los oídos subterráneos,
la tumba y la lágrima,
soy el tumor de mi libertad,
la sangre pasajera
hirviendo desde hoy
si sueño en otras noches

La luna más nerviosa en mi ojo más perdido
es más una canción que un reflejo,
una distorsión de mi hambre,
que las rayas de las celdas
no las ha dibujado ninguna mano pequeña.

Invento y olvido la gravedad y lo grave…

Cuando la caricia quiere el encierro de un criminal,
la mancha indeleble,
roja y viva,
el placer del cuello,
la cabeza rodando,
que me siente por trozos,
que conserva un ojo para dividirme.

Soy la droga de mi desquicio,
a veces el síndrome de abstinencia.
Soy, si despierto por fin, la cura.

1 comentario:

  1. Amigo felicidades esta muy bueno tu blog!! lo visitare mas seguido!!

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Claustro,
mi más propia catástrofe,
mi más vacuo querer ser,
o no estar,
o estar sin ser ni lugar,
o querer sin estar,
o tener sin mar,
o amar sin color ni sueño...

Buenas noches...