Enciende mi oscuridad
lentamente,
incendia o arropa
un corazón o celda
sin letras blancas que posar en la sangre,
diamantes o niños
que valen tanto que nunca reflejaron la
luz,
luego escapan
y son como una sospecha
vista por el fuego entre la
vena más solitaria,
inevitable extinción de la
verdad
como espada que endulza las orquídeas,
es como saber que la
soledad con boca
es de mi hambre la carne,
de mi furia la sangre
y de mi sexo la puta.
Lleva mis pies bajo lunas
llenas
sin tacto estéril,
mi boca entre pájaros
reflejos de una mancha
desnuda
que deja conversar libre al viento ciego,
y mi corazón
cerca del insinuoso jadeo
que pliega entre los pechos
al aire.
En el centro o esquina sin
párpado abierto,
ramas, torres y centavos,
obligan al descanso a ser otra
marioneta
sin nombre palpable
de billete o palacio o árbol entero.
Rodeada de tantas lágrimas
que serán dentro del próximo
cielo
un trozo de mar seco,
una muchacha
necesitada de amor mortal,
viéndose en la sed
como agua insuficiente a
los sueños abiertos,
pregunta si la sangre podrá ser transparente
para amar a la luna desnuda
en donde el alto azul ve al
odio
resbalar sobre su vientre
desde abajo.
Malditas esas palabras que dicen todo, maltitas palabras que son parte de tu ser. Pero que solo tú eres capaz de darles un sentido, y una expresión. Vacan, voy a revisar más seguido este sitio.
ResponderEliminarme voy acortar las venassss bien esas palabras
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